El encuentro FinEquity ALC 2025 reunió a más de 100 personas representantes de instituciones financieras, entidades públicas, privadas y organizaciones sociales de América Latina y el Caribe, para conversar alrededor de una pregunta clave: ¿cómo puede la inclusión financiera ampliar las oportunidades y generar empleo para las mujeres en la región? Entre las participantes se contó con la presencia de Daniela Konietzko, presidenta de la Fundación WWB Colombia, junto a otras voces clave del ecosistema, que compartieron experiencias, desafíos y perspectivas desde distintos contextos de la región.
En la sesión inaugural, mujeres líderes como Sophie Sirtaine, directora ejecutiva de CGAP, destacaron que la generación de empleo es un motor fundamental para el crecimiento económico y la estabilidad social. Sirtaine resaltó que 8 de cada 10 mujeres recurren a las mipymes por necesidad y ausencia de oferta laboral. Por su parte, María Noel Baeza, directora regional de ONU Mujeres para América Latina y el Caribe, advirtió que sólo el 47 % de las mujeres accede a crédito y apenas el 35 % logra ahorrar, resaltó que para avanzar se debe reconocer las diversas realidades de las mujeres, realidades que en muchos casos quedan fuera de las estadísticas por no encajar en los estándares del modelo financiero tradicional.
Avanzando a una inclusión más realista
El panel “Retos y oportunidades para incluir a poblaciones excluidas”, moderado por Daniela Konietzko, presidenta de la Fundación WWB Colombia, fue un espacio que puso en el centro de la conversación las barreras estructurales que enfrentan las personas migrantes, así como las mujeres mayores y con discapacidad, en su acceso a servicios financieros. La conversación reunió a representantes con amplia experiencia en estos temas, quienes compartieron estrategias, aprendizajes y propuestas para avanzar hacia una inclusión más efectiva. Participaron en el panel: Paola Arias, directora de Banca de las Oportunidades; Karina Gómez, gerente del Fondo Esperanza; Ryan Newton, CEO de Paisa; Paul Surreaux, cofundador de la Iniciativa Finanzas Sin Barreras; y José Félix Etchegoyen, miembro del Grupo del Banco Mundial.
Migrantes
Durante la sesión, Banca de las Oportunidades centró su intervención en la realidad de los migrantes en Colombia, una población que supera los 2,8 millones de personas venezolanas, que enfrenta condiciones socioeconómicas precarias, acceso limitado a servicios básicos y episodios de xenofobia. En este contexto, presentaron la estrategia El parche financiero, una propuesta que integra educación económica, fortalecimiento del liderazgo, comunicación multicanal y acceso a servicios adaptados a las necesidades de esta población excluida.
Desde Chile, el Fondo Esperanza aportó al diálogo visibilizando cómo las bancas tradicionales suelen percibir a las personas migrantes como perfiles inestables y de alto riesgo, lo que dificulta su acceso al sistema. Frente a esta realidad, compartieron su experiencia, atendiendo a población migrante que, en promedio, registra ingresos superiores a los 700.000 pesos chilenos, incluso por encima de la población no migrante. A partir de ello, enfatizaron que no basta con ofrecer crédito: es fundamental acompañar con herramientas que les permitan solicitarlos, administrarlos y usarlos con autonomía; además, de establecer alianzas con actores clave que impulsen políticas públicas inclusivas y sostenibles, capaces de abrir oportunidades reales de desarrollo.
Mujeres con discapacidad
El panel también abordó la situación de las mujeres con discapacidad, donde la iniciativa Finanzas Sin Barreras destacó que las mujeres con discapacidad se encuentran entre los grupos más excluidos en términos económicos. Solo el 19,6 % de ellas cuenta con un empleo remunerado, lo que refleja una realidad marcada por múltiples formas de exclusión: económica, social, digital, así como una baja autoestima y autoconfianza producto de la discriminación estructural. Desde la organización se hizo un llamado a promover una inclusión sistémica, que contemple medidas específicas adaptadas a sus necesidades y garantice que las políticas, programas, productos y servicios financieros sean accesibles, inclusivos y libres de discriminación.
Mujeres mayores
Otro de los temas abordados fue el de las mujeres mayores de 50 años, enmarcadas dentro del concepto de “silver economy”, un segmento en rápido crecimiento cuyas necesidades siguen siendo poco visibilizadas, especialmente en el diseño de productos y servicios financieros. Según datos del Grupo del Banco Mundial, se estima que para 2050, el 38 % de la población en América Latina y el Caribe pertenecerá a este grupo etario. Este escenario plantea la urgencia de promover soluciones inclusivas que respondan a sus realidades y garanticen su participación activa en la economía.
El tercer Encuentro Anual de FinEquity ALC dejó múltiples aprendizajes y una serie de estrategias que, lejos de ser recetas únicas, pueden adaptarse a las realidades de cada contexto. También abrió paso a una mirada más crítica y comprometida con el estado actual de la inclusión financiera en la región. Como señaló Luz Gómez, vicepresidenta para América Latina en Mastercard: “Muchos productos financieros no están diseñados para las necesidades específicas de las mujeres”, pero esto representa más que preocupación una oportunidad, en palabras de Verónica Gavilanes, gerente general de Bancosol: “Que no nos frustre lo que falta por avanzar, sino que nos impulse a seguir”, porque, como destacó Mariana Martínez, líder regional de FinEquity ALC, “invertir en las mujeres es un ganar-ganar para todos”.